sábado, 30 de mayo de 2009

No creo en el odio ni tampoco en que ninguna persona pueda adoptar ese sentimiento en su vida. La bronca, al igual que la ira son sentimientos reales, existen en la vida de cualquier persona, incluyendo en la mía, pero el odio no existe. Si realmente alguna persona pudiera odiar a otro ser, ni siquiera le preocuparía lo que ese otro haga, no viviría pendiente de su manera de vivir y de las acciones que realiza tan sólo con el fin de poder criticarlo. Muchas veces creí odiar a esas personas que lograron lastimarme profundamente, pero después entendí que no es odio lo que siento por esas personas, entendí que si a esas personas les pasaba algo malo a mí me dolería, mucho o poco. Logré darme cuenta que el odio no existe, al menos no en mi vida.

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